CRISIS DEL ESTADO LIBERAL Y LA DECADA INFAME.

El presente artículo es producto del análisis de la siguiente bibliografía: “Historia Argentina. La democracia de Masas” de Tulio Halperin Donghi, editorial Paidós, Buenos Aires, 1983, “Historia de los Argentinos” de Carlos Alberto Floria y Cesar A. García Belsunce, Editorial Larousse, Buenos Aires, 2004, “Breve Historia Contemporánea de la Argentina” de Luis Alberto Romero, Editorial FCE, Buenos Aires, segunda revisión, 2002. Se encuentre segmentado en dos grandes temas, el primero es la crisis del Estado Liberal y el segundo es la Década Infame en la Historia Argentina del siglo XX.

 

CRISIS DEL ESTADO LIBERAL

La modernidad según el historiados Eric John Ernest Hobsbawm, es fruto de una doble revolución: una, la revolución económica, nada menos que la revolución industrial y la otra , una revolución política que son las revoluciones burguesas, a partir del siglo XVIII y la Inglesa del siglo anterior. Desde ese tiempo el Liberalismo –como sistema de ideas- se había propuesto establecer los rasgos sobresalientes de esa modernidad, destruyendo la arquitectura feudal y monárquica y sobre esas ruinas levantar el Estado Liberal (siempre se construye sobre ruinas, es una equivocación la creación ex nilo).

Lo que hacía atractivo al liberalismo, ontológicamente, era su programa: donde el día de mañana sería mejor, habría mayor libertad, mayor bienestar económico, adelantos científicos, en definitiva, un futuro más abarcativo de lo que dejó en Antiguo Régimen. Durante el siglo XIX, las tres corrientes de la ideología liberal, impactaron en la naciente Argentina. El Iluminismo a principios del siglo XIX dio marco ideológico a la Revolución de Mayo, para impulsarla en sus dos objetivos: independencia y constitución. La generación de mayo, en la que podemos incluir a Mariano Moreno, Manuel Belgrano, Castelli, Monteagudo, entre otros, fueron los hombres de esas difíciles horas. Tuvieron éxito con el primero de los objetivos: la independencia, pero no con el segundo: la constitución o el Estado. Esta fue la deuda de la Ilustración Rioplatense, pero su esencia era más para destruir que para crear. Es la otra corriente ideológica casi a la mitad del siglo XIX, el Romanticismo, la que logró la creación del Estado. La Joven Argentina como se dieron en llamar o la generación del 37, donde encontramos a Juan B. Alberdi, Esteban Echeverría, ajenos a esos círculos pero si en esa corriente encontramos a Bartolomé Mitre y Domingo F. Sarmiento, son los hombres que hicieron posible esa construcción. Y con la tercera corriente, el positivismo, a fines del siglo XIX, la Argentina, entró en un proceso de desarrollo o simplemente “el progreso”. Un país vecino, llamó a este período y lo inscribió en su bandera “Orden y progreso”. El hombre que fue el símbolo de la época fue Roca, pero la generación del positivismo incluye a José Ingenieros, a García, a Rojas, a Cané, a políticos como Juárez Celman, Pellegrini y también al último Sarmiento.

Con la mirada de la larga duración se puede observar que el éxito del liberalismo en la Argentina consiste en la construcción de un Estado Republicano en un marco de desarrollo económico, donde a finales del siglo XIX, era centro de una importante inmigración mundial, de una conjunción de capitales extranjeros, que auguraban un futuro sobresaliente para la región. El sistema liberal económico, no tenía las mismas claras reglas en lo político, el sistema electoral no era un juego que se hacía honestamente, el fraude era la moneda corriente en esos enfrentamientos. El éxito de la República Conservadora en la economía agro exportadora impulsó a sus hombres a la creación de un sistema electoral transparente, por supuesto, impuesto en la agenda por años de lucha con el partido Radical. Los conservadores confiaban ganar el voto popular por el éxito que habían tenido en el desarrollo de la región. No fue ese el resultado esperado, a pesar del progreso y de la reforma electoral, el voto no favoreció a los conservadores. El pronóstico no era equivocado pero las circunstancias cambiaron. El triunfo del partido Radical no se explica sino por dos cuestiones fundamentales, como dicen Pablo Gerchunoff y Roy Hora, la primera es por el proyecto de inclusión de la clase media que les daba un gran número de adeptos, la segunda, por la inesperada, primera guerra mundial y sus efectos económicos que son al crisis de 1913-1917. Este conflicto afectó duramente a los países como la Argentina, donde los capitales extranjeros retiraron sus inversiones y la crisis golpeó a las clases populares, cortando la cadena de pagos y la crisis económica afectó los salarios y el empleo en Argentina. El grupo del centenario –del Roquismo- propuso la modernización de aparato electoral, con esa bandera ganaron la interna, nadie como ellos ostentaba 30 años de crecimiento, esa era su confianza. En éxito duró muy poco, la crisis del 1913/17 terminó con sus sueños y permitió el ascenso del radicalismo. Algunos consideran que esa crisis económica fue más importante que la del 30. Estos autores señalan que, la UCR se fundó desde el llano, el Roquismo y el Peronismo desde el Estado, además en 1900 nadie auguraba el gran futuro del Radicalismo. Excelentes observaciones

Desde este Sur, desde estas lejanías, comienza a observarse la crisis del Estado Liberal. La revolución Rusa de 1917, la I Guerra Mundial, el Crack del 29, el Facismo, el New Deal, la II Guerra Mundial, son algunas de las respuestas o efectos de esa crisis, en la que había ingresado el liberalismo a partir de la segunda fase de la revolución industrial, donde las promesas de un mundo mejor se desvanecían o simplemente no se cumplían. El liberalismo había logrado la mayor producción de riqueza nunca antes vista pero concentrada en pocas manos y había incorporado un porcentaje considerable de personas a vivir de acuerdo a los tiempos pero había dejado muchas más afuera del sistema y en condiciones inhumanas. Vamos a analizar cada uno de esos procesos y que consecuencias exponían especialmente para la Argentina.

La revolución Rusa de octubre de 1917, es claramente la formulación de un modelo de Estado opuesto al liberal, basado en la igualdad y en la ideología marxista. El estado liberal no daba las respuestas necesarias a los hombres que comenzaban a andar el siglo XX. Rusia había sufrido un intento de revolución fallida en 1905, luego de su derrota en la guerra ruso-japonesa. La situación política empeoró cuando inició la Primera Guerra Mundial en 1914, y Rusia combatió como parte de la Triple Entente. La guerra solo profundizó la crisis económica y dejó al descubierto el abandono en que las autoridades tenían al pueblo y a las tropas. La Revolución de febrero marcó el inicio de la Revolución rusa. Estuvo liderada por los mencheviques, el ala moderada y lograron la abdicación del zar Nicolás II Romanov e instalaron un gobierno de transición. La tensión pronto desembocó en la Revolución de octubre, conocida también como Octubre rojo. Esta fue impulsada por los bolcheviques. Los bolcheviques eran el sector más radical liderados por Lenin. Las políticas bolcheviques provocaron diversos alzamientos. En noviembre de 1917 se desató la guerra civil. En 1918, Trostki puso fin a la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial al firmar el Tratado de Brest-Litovsk. En 1924 murió Vladimir Lenin, lo que significó el ascenso al poder de Stalin. Este impulsó una política económica centralizada, promovió la industrialización a gran escala, nace el Estado Comunista o Estado Socialista, con una intervención total del Estado en la economía y la ausencia de propiedad privada y libertad, un Estado basado en la igualdad. Esta fue la primera formulación de un nuevo Estado que competiría con el Estado Liberal, en la elaboración de esquemas políticos para la modernidad.

La I Guerra Mundial (1914-1918) tuvo varias causas, la principal fue la rivalidad comercial entre las principales potencias europeas, en particular entre Inglaterra y Alemania, que venían disputándose mercados y territorios en todo el mundo. El conflicto estalló cuando el 28 de junio de 1914 el heredero al trono austro-húngaro, Francisco Fernando, fue asesinado en la ciudad de Sarajevo, capital de Bosnia, por un estudiante serbio. El emperador austro-húngaro, apoyado por Alemania, culpó a Serbia por el atentado. Serbia era aliada de Rusia, que a su vez era aliada de Francia. Pocos días después, Alemania declaraba la guerra a Francia e invadía Bélgica, lo que provocó la reacción inglesa y su entrada en el conflicto. Comenzaba así la Primera Guerra Mundial, en la que se enfrentaron dos bloques: por un lado, los países de la Triple Entente, llamados comúnmente «aliados»: Rusia, Francia, Gran Bretaña, a la que más tarde se sumarían Italia (en 1915) y los EE.UU. (en 1917); y por el otro, los de la Triple Alianza, conocidos como «Potencias Centrales”: Alemania, Austria-Hungría y Turquía. La guerra se fue desarrollando en distintos frentes, pero dos fueron los más importantes y donde se produjeron la mayoría de los combates: el frente oriental (Rusia) y el Occidental (Francia y Bélgica). Durante el conflicto se usaron nuevos recursos mortíferos como las armas químicas, gas, ametralladoras, tanques. En 1917 salió Rusia e ingresó EEUU que cambió la suerte de la Triple Entente que vencieron en Amiens a los alemanes, a los austro-húngaros en Italia y, a los turcos en Medio Oriente y Austria se rindió dejando sin defensas al ejército alemán, que pidió la rendición, firmando en 1919 el Tratado de Versalles donde acordaron las nuevas fronteras europeas y el pago por parte de los vencidos de indemnizaciones de guerra por los daños causados durante el conflicto. Alemania perdió sus colonias, debió desmantelar su flota y reducir su ejército; Francia recuperó las regiones de Alsacia y Lorena; el Imperio Austro-Húngaro quedó desintegrado y surgieron nuevas naciones como Checoslovaquia, Yugoslavia y Hungría. Europa quedó destrozada y su economía arruinada. Sólo hubo un gran vencedor: EE.UU., que entró tardíamente al conflicto (el último año) y logró transformarse en el gran proveedor de capitales y productos para todos los países europeos. EEUU estaba a un paso de superar a Inglaterra como líder mundial. Lo firmado en el tratado de Versalles será una de las causas de la II Guerra Mundial.

El crack del 29 fue la mayor caída de la Bolsa estadounidense en toda su historia y causando la Gran Depresión o Crisis del 29. Su importancia fue tal que afectó a los Estados Unidos y a la economía de los países europeos. El Crack del 29  comenzó con el llamado Jueves Negro, el 24 de octubre de 1929. Una semana antes del Jueves Negro, se comenzaron a vender una cantidad anormal de acciones, lo cual hizo que todo Wall Street temiera las consecuencias que eso podía traer. Aun así los inversores pudieron dar la vuelta a la situación, deteniendo la gran caída de las acciones. Aunque solo retrasaron lo inevitable. En el Jueves Negro la caída fue mucho mayor, alcanzado casi un 10% de caída, causando un caos total en la Bolsa de Nueva York y provocando incluso que la policía tuviera que cerrar la bolsa. La gente buscaba vender sus acciones lo más rápido posible, bajando todo lo que podían los precios, aunque ni así la gente se atrevía a comprar. Los días siguientes la bolsa se recuperó un poco, pero el Martes Negro la bolsa volvió a tener una caída histórica. Desde ese momento la bolsa no paró de bajar durante los meses siguientes, hasta que en enero de 1930 tocó fondo, provocando la Gran Depresión. La consecuencia del crack del 29 fue la Gran Depresión, una crisis económica que se alargó durante los años 30. La crisis comenzó con el crack del 29 en los Estados Unidos y se fue extendiendo a una gran cantidad de países debido a los acuerdos comerciales que estos tenían con EEUU. Durante estos añosel consumo de los estadounidenses se redujo, las empresas tuvieron que cerrar, aumentó el paro hasta cifras impensables y muchas cosechas no se recogieron ya que existía sobreproducción. Y todo esto también sucedió en Europa, debido a la dependencia que tenían de Estados Unidos. Uno de los efectos del crack del 29 es su consecuencia en la economía, provocando la decadencia del Reino Unido y el ascenso de los EEUU como potencia mundial, además del New Deal, pero eso es otra historia.

El New Deal. Tras la Crisis de 1929, muchos países se volcaron hacia regímenes totalitarios para salir de la catastrófica situación financiera en la que se encontraban, abandonaban el formato del Estado Liberal y se transformaban o en Socialistas o en FAcistas. Sin embargo, en EEUU decidieron apostar por un cambio en la política, en 1932 ganó las elecciones el demócrata  F.D. Roosevelt. El Partido Demócrata era conocido por realizar una política económica intervencionista, por lo que el nuevo presidente tenía como objetivo frenar las consecuencias negativas (paro, bajada del consumo) que se habían producido tras el “crack” bursátil tres años atrás. Roosevelt se rodeó de lo que llamaron “brain trust”, es decir, un equipo de políticos liberales y reformadores que tenían como inspiración las teorías del economista inglés John Maynard Keynes. Para el nuevo equipo, la Crisis del 29 es el resultado de un excedente de producción y de una insuficiencia del consumo. Por tanto, abogan por una “nueva distribución de las rentas”, llamada New Deal”, que reducía la capacidad de producción mientras aumenta el poder adquisitivo. Hay tres medidas principales que se engloban dentro de este cambio de rumbo. Primero, están las medidas financieras. Con el fin de detener la cadena de quiebras bancarias, autorizan a la Reserva Federal a conceder a los bancos créditos sobre títulos y efectos descontables. En otras palabras, aprueban el uso de la inflación, que es legalizada en abril de 1933. También tiene un apartado social: la lucha contra el paro. En mayo de 1933, se autoriza el pago de subvenciones federales a los distintos Estados para que estos distribuyan ayudas a los parados. Combinado con esta política, se empezaron a realizar grandes obras públicas en las regiones más atrasadas del país, orientadas a ofrecer posibilidades de empleo futuro. En septiembre del 35 se aprobó el “Social Security Act”, una ley de  ayuda para los jubilados y los parados. Todas estas medidas fueron financiadas mediante impuestos a las bebidas y a las rentas no distribuidas de las empresas. En la parte negativase generó un déficit presupuestario que acabó desapareciendo con la recuperación del país. EEUU abandonó el liberalismo puro, pero no cayó en el Estatismo, el New Deal, es solo una intervención estatal circunstancial, donde la economía es dirigida por ciertos momentos e impulsada por el Estado. Recuperado de la crisis. El Estado liberal, se mantendrá hibrido, no puro, pero tampoco intervencionista. Esta es la respuesta a la crisis del Estado Liberal por parte de EEUU.

En cambio, los países europeos dieron otro tipo de respuestas, no modificaron el modelo liberal, como hizo EEUU, sino que directamente lo cambiaron por otro formato: el Estado Facista, con la excusa que el Estado Comunista estaba a la vuelta de la esquina. El fascismo es un movimiento político y social que tuvo su origen y expansión durante la primera mitad del siglo XX, concretamente en el periodo de entreguerras (entre la I y la II Guerra Mundial). Se caracteriza principalmente por tratarse de una ideología totalitaria y nacionalista. La exaltación de la nación choca contra el ideal del individuo, defendido por el liberalismo, o el de clase social, defendido por el socialismo. Por eso el fascismo se presenta como una tercera vía, la alternativa a las democracias liberales  y al Comunismo. Llevado a la práctica, el fascismo tiende a formas de gobierno o políticas totalitarias, renunciando a cualquier cauce democrático en pos de un partido único, en cambio permite el capitalismo en el sector económico pero un capitalismo de amigos, no una libre competencia.

En 1922, Mussolini, ya líder del Partido Nacional Fascistaordenó una marcha masiva hacia Roma -la Marcha sobre Roma-, decidido a hacerse con el control del gobierno. El rey Victor Manuel III pidió a Mussolini que fuese Primer Ministro. La dictadura llegó más tarde, cuando el nuevo gabinete de Benito Mussolini ya estaba instalado en Roma y el partido había tomado el control sobre los principales organismos. En 1936 el fascismo italiano y Mussolini se encuentran en su máximo apogeo, tras la victoria en Etiopía y la reivindicación de una Italia colonial, Mussolini acuerda con Hitler el envío de contingentes a España, para apoyar al General Franco durante la Guerra Civil española. En 1938 se aprueban las conocidas como “leyes raciales”, una serie de medidas que perseguían a los judíos italianos. Y un año después, Italia firma el “Pacto de Acero” con Alemania, una alianza que llevaría a ambas potencias a combatir juntas en la II Guerra Mundial. En 1920 en Alemania tiene lugar la fundación del Partido Nacionalista Obrero Alemán (Partido Nazi), organización inspirada en el ideario fascista. Podemos entender el nazismo con una rama del fascismo, aunque ambas ideologías se apoyaban en un nacionalismo extremo y el rechazo a las democracias liberales, el nazismo experimentó un fuerte antisemitismo. Mientras que Mussolini nunca se sometió a las urnas, el partido Nazi, con Adolf Hitler a la cabeza, fue la fuerza más apoyada en las elecciones alemanas de 1933. Una vez en el poder, Hitler estableció un régimen dictatorial y llevó a cabo las políticas más extremas en cuanto a imperialismo y antisemitismo, las cuales desembocaron en el origen de la II Guerra Mundial. A finales de los años 20, se dan en España algunos intentos de fundar un partido fascista, pero no sería hasta 1933, cuando  José Antonio Primo de Rivera, fundó la Falange Española , inspirada en el fascismo Italiano, incluía un fuerte conservadurismo y catolicismo. Pero la relevancia de Falange Española no fue la esperada, no lideró el movimiento fascista español aunque sí que contribuyó en gran medida a fomentar  la desestabilización en el país tras la victoria del Frente Popular en 1936, que culminó con un golpe de estado militar y la posterior Guerra Civil (1936-1939). El éxito del fascismo en España llegó años más tarde. Cuando el bando sublevado ganó la Guerra Civil (1939) se instauró en el país una dictadura militar, la cual se apoyó ideológicamente en los preceptos de Falange: patria, familia y religión. El fascismo

Italia, Alemania y España, es la formulación de un Estado totalitario en lo político y liberal en lo económico, con gran intervención estatal sobre lo económico pero permitiendo la existencia de las reglas del capitalismo, un capitalismo de amigos, no de libre empresa. La libertad en el estado Fascista, como el Comunista, estaba ausente.

La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto armado que tuvo lugar entre los años de 1939 y 1945 y que involucró de manera directa o indirecta a la mayor parte de las potencias. Se desarrolló en tres escenarios distintos: el continente europeo, el asiático y el africano. En ellos se enfrentaron las tropas de los dos bandos opuestos, conocidos como los Países Aliados y las Potencias del Eje. Las potencias del eje, conducidas por la Alemania nazi, la Italia fascista y el Japón imperial, junto a Bulgaria, Hungría, Rumanía, y estados co-beligerantes como Finlandia, Tailandia, Irán e Irak. Los países aliados integrados por Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Soviética, así como Polonia, China, Noruega, Dinamarca, Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, Grecia, Yugoslavia, Canadá, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Australia. En el contexto de esta guerra se produjeron eventos sumamente traumáticos para la civilización humana, como las muertes masivas en campos de exterminio y de trabajos forzados (en particular de ciudadanos de la etnia judía, que se denominó:  Holocausto), o la utilización por primera vez en la historia de armas nucleares de destrucción masiva sobre una población civil (las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki). La Segunda Guerra Mundial se debió a razones variadas y complejas, que pueden resumirse en: los términos del tratado de Versalles, el surgimiento del fascismo: Adolfo Hitler en Alemania (nazismo) y BenitMusolini en Italia (fascismo) y las tensiones chino-japonesas. Las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial fueron: la devastación de Europa, esto requirió luego grandes inversiones económicas para su reconstrucción, como el llamado Plan Marshall propuesto por los Estados Unidos. La conducción de la política mundial pasó a tener dos nuevas superpotencias: los Estados Unidos y la Unión Soviética, dando así inicio a la llamada Guerra Fría. La división de Alemania, una vez derrotada, su territorio pasó a control de los países aliados y de la URSS,  por lo que se dividió al país en dos naciones completamente distintas: la República Federal y la República Democrática Alemana. El  surgimiento de nuevas tecnologías: televisión, computadoras, sonar, el vuelo a reacción o la energía atómica deben su descubrimiento a esta cruenta guerra. El inicio del proceso de descolonización especialmente en Arica y Asia y la independencia de nuevos países. La muerte de  70 millones de personas, millones de los cuales lo hicieron en condiciones infrahumanas en campos de concentración y exterminio.

La crisis del Estado Liberal provocó hechos como la I Guerra y II Muncial, el crack del 29 y la depresión económica mundial, surgiendo unos nuevos formatos de Estado diferentes al Estado Liberal, como el Estado Socialista o Comunista de una completa intervención del gobierno en la política y en la economía, no habrá libertad pero si la promesa de igualdad, que es el caso de Rusia. El Estado fascista, que intervendrá en forma totalitaria en lo político, no tan así en lo económico, permitiendo un grado de libertad que posibilitaría el capitalismo, como dijimos, un capitalismo de amigos. También fueron parte de este nuevo formato las experiencias de principios del siglo XX la Italia de Mussolini, la Alemania Nazi y la España de Franco. En cambio EEUU es el único que no cambió el formato, pero si modificó el Estado Liberal por un formato que se llamó el New Deal, con una clara intervención Estatal en la economía para sacarla de la crisis o sobrevivir en la duración de ella. Este último formato, el de EEUU, impulsó a que los países que tenían una Constitución del siglo XIX con los derechos de primera generación, modificaran sus legislaciones y presentaran una constitución liberal con derechos de segunda generación. También fue antecedente de esas constituciones de derechos de segunda generación la Constitución Mexicana de 1917 y la constitución de Weimar de Alemania de 1919. En la Argentina esa constitución de segunda generación fue con la Constitución de 1949 y luego con la Constitución de 1957 con el art. 14 bis.

DECADA INFAME

El triunfo del Radicalismo en 1928, colocó nuevamente en la presidencia a H. Yrigoyen, resultado que sorprendió a la oposición, más aún porque todavía la UCR no se había constituido como una estructura electoral, pero se desprende que la personalidad de Yrigoyen en los sectores populares era imbatible.

Sánchez Sorondo un político conservador, se quejaba de la línea política que el radicalismo llevaba a cabo: criticaba la ley de alquileres, la creación de YPF y vaticinaba que los radicales meterían mano a la renta del campo. El Radicalismo a la luz de los conservadores utilizaba el sistema democrático para impulsar una política demagógica con el objeto de retener el poder, por lo tanto, corrupción administrativa y sistema democrático eran sinónimos para éste sector político.

Esta segunda presidencia de Yrigoyen presentaba algunas novedades, el presidente estaba cerca de los 80 años, el Ejército Argentino tenía una influencia creciente del nacionalismo europeo, especialmente de Prusia y se aproximaba una tormenta económica que nadie previa.

El nacionalismo en la Argentina tuvo muchas vertientes. A partir de 1920 se reciben las influencias de las ideas provenientes de Alemania, Italia, España, tal es así que el intelectual más sobresaliente de su tiempo, Leopoldo Lugones pronuncia un discurso en conmemoración de los cien años de la batalla de Ayacucho, en la ciudad de Lima, el 17 de diciembre de 1924, conocido como el discurso de Ayacucho”, en él, Lugones exponía los deseos de un sector de la sociedad y profetizaba lo que vendría: “…Señores: Dejadme procurar que esta hora de emoción no sea inútil. Yo quiero arriesgar también algo que cuesta mucho decir en estos tiempos de paradoja libertaria y de fracasada, bien que audaz ideología. Ha sonado otra vez, para bien del mundo, la hora de la espada. Así como ésta hizo lo único enteramente logrado que tenemos hasta ahora, y es la independencia, hará el orden necesario, implantará la jerarquía indispensable que la democracia ha malogrado hasta hoy, fatalmente derivada, porque ésa es su consecuencia natural, hacia la demagogia o el socialismo. Pero sabemos demasiado lo que hicieron el colectivismo y la paz, del Perú de los Incas y la China de los mandarines….”.

Los diversos nacionalistas: católicos, fascistas, conservadores, coincidían en la crítica despiadada a H. Yrigoyen. Lo hacían responsable de la corrupción del sistema democrático, a la que denominaban “la politequería” o la política de los comités. El sector castrense, receptor del nacionalismo, señalaba al gobierno radical por el bajo presupuesto para las fuerzas. La Logia San Martín reunía gran parte de ellos, especialmente el ex ministro de Guerra del presidente Alvear, el General Justo.

El Yrigoyenismo tenía mayoría en la Cámara de Diputados, pero no en la de Senadores. El partido conservador era un ferviente opositor. Los radicales antipersonalistas se fueron a la oposición al presidente, esa ola también arrastró al partido Socialista.

Los diarios de ese momento como La Prensa, La Nación y Crítica, se hacían eco de las críticas. Los comicios de 1930 dieron ganador al Yrigoyenismo pero perdió en Buenos Aires, fue una victoria radical pero Pírrica que demostraba la gran debilidad de Yrigoyen: su soledad.

En 1930, la conspiración contra el presidente se puso en marcha. Y el levantamiento militar tenía dos jefes, uno Uriburu, sobrino del ex presidente, que buscaba la construcción de un Estado Corporativo, un Estado Fascista y otro Agustín P. Justo, un general liberal que deseaba quitar del medio al radicalismo. La revolución, inevitable, estallará.

El 6 de septiembre de 1930, el presidente H. Yrigoyen envió su renuncia. Uriburu toma el poder de la mano del Ejército, el golpe había tenido éxito. Cómo se explica esta crisis institucional: el primer golpe militar en la Argentina. La ideología jugó un papel importante, pero la recepción del nacionalismo en los sectores de poder no alcanza para explicar por si sola el golpe del 30. Los contemporáneos vieron esos días cómo el fin de un régimen agotado por la corrupción administrativa y el desorden, un gobierno que era abandonado por todos. Otros vieron la mano invisible de los EEUU y la Standar Oil y sus intereses por el petróleo como los impulsores de estos hechos, pero no hay pruebas. Otros creen ver en el factor militar o en el militarismo la causa, pero estaban al lado de Uriburu oficiales como Savio, Pistarini, Rocco, Faccione, hijos de la clase media y de inmigrantes, por lo que el militarismo también es una escasa explicación. Otros ven la causa en la crisis económica o el crack del 29, pero esta crisis fue mundial, tuvo su centro en EEUU, ahora los efectos de esas crisis, que duró años, tampoco explica esos hechos. Es quizás una conjunción de todos estos factores, lo que llevó al fin del gobierno radical y a la primera crisis institucional Argentina.

El general José Feliz Uriburu al realizar el golpe de estado, publicó un manifiesto en la prensa, donde establecía las causas y el objetivo de la interrupción institucional realizada, en ella dice “….Respondiendo al clamor del pueblo y con el patriótico apoyo del ejército y de la Armada, hemos asumido el Gobierno de la Nación. Exponentes de orden y educados en el respeto de las leyes y de las Instituciones, hemos asistido atónitos al proceso de desquiciamiento que ha sufrido el país en los últimos años. Hemos aguardado serenamente con la esperanza de una reacción salvadora, pero ante la angustiosa realidad que presenta al país al borde del caos y de la ruina, asumimos ante él la responsabilidad de evitar su derrumbe definitivo. La inercia y la corrupción administrativa, la ausencia de justicia, la anarquía universitaria, la improvisación y el despilfarro en materia económica y financiera, el favoritismo deprimente como sistema burocrático, la politiquería como tarea primordial de gobierno, la acción destructora y denigrante en el Ejército y en la Armada, el descrédito internacional logrado por la jactancia en el desprecio  por las leyes y por las actitudes y las expresiones reveladoras de una incultura agresiva, la exaltación de lo subalterno, el abuso, el atropello, el fraude, el latrocinio y el crimen, son apenas un pálido reflejo de lo que ha tenido que soportar el país. Al apelar a la fuerza para libertar a la nación de este régimen ominoso, lo hacemos inspirados en un alto y generoso ideal. Los hechos, por otra parte, demostrarán que no nos guía otro propósito que el bien de la Nación. La participación en el gobierno de eminentes ciudadanos cuya colaboración hemos requerido atendiendo exclusivamente  a sus méritos y virtudes evidencia en primer término  que las fuerzas armadas, con el apoyo moral de la masa de la opinión, después de haber liberado a la Nación de la ignominia, ocupan de nuevo su lugar sin ambiciones de predominio. Debe entenderse, sin embargo, bien claramente que, para asegurar el orden y la normalidad, el gobierno provisorio procederá con prudencia pero con una inquebrantable energía, porque el país ha sufrido demasiado para que el sacrificio sea estéril. Ajeno en absoluto a todo sentimiento de encono o de venganza, tratará el gobierno provisorio de respetar todas las libertades, pero reprimirá sin contemplación cualquier intento que tenga por fin estimular, insinuar o incitar a la regresión. La medida de la libertad queda, pues, librada al espíritu patriótico de los ciudadanos y al buen sentido de los habitantes del país. No nos anima ni nos mueve ningún interés político, no hemos contraído compromisos con partidos o tendencias. Estamos por lo tanto colocados en un plano superior y por encima de toda finalidad subalterna y dispuestos a trabajar con todos los hombres de buena voluntad que aspiren al engrandecimiento de la patria. Tenemos fundadas razones para admitir que el desengaño de los que se han dejado tentar con promesas de dádivas personales (que ha sido la forma de corromper las conciencias para obtener sanciones plebiscitarias) es definitivo. El gobierno provisorio, inspirado en el bien público y evidenciando los patrióticos sentimientos que lo animan, proclama su respeto a la Constitución y a las leyes fundamentales vigentes y su anhelo de volver cuanto antes a la normalidadofreciendo a la opinión pública las garantías absolutas, a fin de que a la brevedad posible pueda la Nación, en comicios libres, elegir sus nuevos y legítimos representantes. Además los miembros del gobierno provisorio contraen ante el país el compromiso de honor de no presentar ni aceptar el auspicio de su candidatura a la presidencia de la República. Será también aspiración del gobierno provisorio devolver la tranquilidad a la sociedad argentina, hondamente perturbada por la política de odios, favoritismos y exclusiones, fomentada tenazmente por el régimen depuesto, de modo que en las próximas contiendas electorales predomine el elevado espíritu de concordia y de respeto por las ideas del adversario que son tradicionales a la cultura y a la hidalguía argentinas. El gobierno provisorio interpreta el sentimiento unánime de la masa de opinión que le acompaña al agradecer en esta emergencia a la prensa seria del país el servicio que ha prestado a la causa de la República, al mantener latente por una propaganda patriótica y bien inspirada, el espíritu cívico de la Nación y provocar la reacción popular contra los desmanes de sus gobernantes. Confía que con el mismo acierto, sabrá interpretar en el futuro el papel esencial que le deparen los acontecimientos, a fin de encauzar hacia los mismos elevados objetivos los esfuerzos cívicos de la opinión nacional. La indispensable disolución del actual  Parlamento obedece a razones demasiado notorias para que sea necesario explicarlas. La acción de una mayoría sumisa y servil ha esterilizado la labor del Congreso y ha rebajado la dignidad de esa elevada representación pública. Las voces de la oposición que se han alzado en defensa de los principios de orden y de altivez en una y  otra Cámara han sido impotentes para levantar a la mayoría de su postración moral y para devolver al cuerpo de que formaban parte el decoro y el respeto definitivamente perdidos ante la opinión. Invocamos, pues, en esta hora solemne, el nombre de la Patria y  la memoria de los próceres que impusieron a las futuras generaciones el sagrado deber de engrandecerla; y en alto la bandera, hacemos un llamado a todos los corazones argentinos, para que nos ayuden a cumplir este mandato con honor. Buenos Aires, 6 de Septiembre de 1930…”

José Felix Uriburu llegó al poder, no sólo para retirar del mismo a los radicales, sino para cambiar la constitución. Deseaba una constitución fascista, un régimen político que estuviera controlado por las corporaciones esenciales de la patria” (como gustaba decir): el ejército, la iglesia, la política, los empresarios. Se abandonaría la estructura liberal de la Constitución Nacional y se comenzaría a edificar el Estado Fascista y la restricción del voto evitaría que el gobierno caiga en manos de los partidos populares, pero para ello, necesitaba del apoyo de una gran parte de los partidos políticos y nadie deseaba eso, salvo Uriburu y unos pocos, el resto quería retirar a Yrigoyen de la presidencia, sacar del juego a los Radicales, no ir más allá. Esta era la idea del General Agustín P. Justo, por eso se señala a la revolución del 30 como una revolución bicéfala, por un lado el jefe ejecutor: Uriburu con un proyecto Fascista que nadie quería y esperando su turno, el otro líder: Justo, con la idea de correr a los radicales y volver al sistema de la antigua República Conservadora, el fraude para mantener al poder, idea que tenía más apoyo que la de Uriburu.

El asalto al poder por parte de Uriburu, presentaba la dificultad que no era legal, preocupación más por las inversiones extranjeras que por los propios ejecutores. Los intereses extranjeros ponían al descubierto la debilidad del golpe de estado. Esta debilidad consistía en que los actos del nuevo gobierno podían ser cuestionados como ilegales, en un futuro. Por ejemplo, las empresas extranjeras temían que los contratos que firmaran con el poder fueran declarados nulos, por no ser un gobierno legalmente constituido. Esta debilidad fue superada con la Acordada que el 10 de septiembre de 1930 decretó la SCJN que legalizó el golpe militar y que servirá de doctrina para todas las interrupciones de gobiernos constitucionales que sucederán, en ella el Tribunal dijo: “….En Buenos Aires, a diez días de septiembre de mil novecientos treinta, reunidos en acuerdo extraordinario los señores Ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, doctores don José Figueroa Alcorta, don Roberto Repetto, don Ricardo Guido Lavalle, y don Antonio Sagarna y el señor Procurador General de la Nación doctor Horacio Rodríguez Larreta, con el fin de tomar en consideración la comunicación dirigida por el señor Presidente del Poder Ejecutivo Provisional, Teniente General don José F. Uriburu, haciendo saber a esta Corte la constitución de un gobierno provisional para la Nación, dijeron: 1º Que la susodicha comunicación pone en conocimiento oficial de esta Corte Suprema la constitución de un gobierno provisional emanado de la revolución triunfante de 6 de Septiembre del corriente año. 2º Que ese gobierno se encuentra en posesión de las fuerzas militares y policiales necesarias para asegurar la paz y el orden de la Nación, y por consiguiente para proteger la libertad, la vida y la propiedad de las personas, y ha declarado, además, en actos públicos, que mantendrá la supremacía de la Constitución y de las leyes del país, en el ejercicio del poder. Que tales antecedentes caracterizan, sin duda, un gobierno de hecho en cuanto a su constitución, y de cuya naturaleza participan los funcionarios que lo integran actualmente o que se designen en lo sucesivo con todas las consecuencias de la doctrina de los gobiernos de facto respecto a la posibilidad de realizar válidamente los actos necesarios para el cumplimiento de los fines perseguidos por él. Que esta Corte ha declarado, respecto de los funcionarios de hecho, "que la doctrina constitucional e internacional se uniforma en el sentido de dar validez a sus actos, cualquiera que pueda ser el vicio o deficiencia de sus nombramientos o de su elección, fundándose en razones de policía y de necesidad y con el fin de mantener protegido al público y a los individuos cuyos intereses puedan ser afectados, ya que no les será posible a éstos últimos realizar investigaciones ni discutir la legalidad de las designaciones de funcionarios que se hallan en aparente posesión de sus poderes y funciones. - Constantineau, "Public Officers and the Facto Doctrine" - Fallos: tomo 148, pág. 303". Que, el gobierno provisional que acaba de constituirse en el país, es, pues, un gobierno de facto cuyo título no puede ser judicialmente discutido con éxito por las personas en cuanto ejercita la función administrativa y política derivada de su posesión de la fuerza como resorte de orden y de seguridad social. Que ello no obstante, si normalizada la situación, en el desenvolvimiento de la acción del gobierno de facto, los funcionarios que lo integran desconocieran las garantías individuales o las de la propiedad u otras de las aseguradas por la Constitución, la Administración de Justicia encargada de hacer cumplir ésta las restablecería en las mismas condiciones y con el mismo alcance que lo habría hecho con el Poder Ejecutivo de derecho. Y esta última conclusión, impuesta por la propia organización del Poder Judicial, se halla confirmada en el caso por las declaraciones del gobierno provisional, que al asumir el cargo se ha apresurado a prestar el juramento de cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes fundamentales de la Nación, decisión que comporta la consecuencia de hallarse dispuesto a prestar el auxilio de la fuerza de que dispone para obtener el cumplimiento de las sentencias judiciales. En mérito de estas consideraciones, el Tribunal resolvió acusar recibo al gobierno provisional, en el día, de la comunicación de referencia mediante el envío de la nota acordada, ordenando se publicase y registrase en el libro correspondiente, firmando por ante mí de que doy fe. - J. FIGUEROA ALCORTA. - ROBERTO REPETTO. - R. GUIDO LAVALLE. - ANTONIO SAGARNA. - HORACIO R. LARRETA. - RAUL GIMENEZ VIDELA, secretario….” Esta Acordada tiene una sobresaliente importancia, será la base jurídica con la que se legalizarán los futuros quiebres constitucionales por parte de las Fuerzas Armadas.

Uriburu, en el golpe de estado, no solamente estuvo acompañado por la SCJN, sino que lo apoyaron las FFAA, el nacionalismo, los conservadores, las provincias, el partido Socialista independiente, el partido Demócrata progresista, el partido Socialista, el Radicalismo antipersonalistas, algunos sectores obreros, los empresarios y la Iglesia. No así en su proyecto de constituir un Estado Fascista. Quizás haya un intento de cierto sector ideológico de dejar sólo a Uriburu en éste golpe que cambio las reglas para siempre de la Argentina, pero los documentos históricos demuestran que el golpe tuvo un amplio consenso.

La marcha de éste proceso sufrió un duro revés cuando se convocó de manera experimental a las elecciones en la Provincia de Buenos Aires el 5 de abril de 1931, el resultado fue realmente otra sorpresa para los revolucionarios. Sin más, la UCR triunfó con la candidatura a gobernador de Honorio Pueyrredón y a todo esto se le sumaba que el ex presidente Alvear, retornaba al país para ponerse al frente del partido, congregando en su figura a los antipersonalistas y a los personalistas, los que firmaron un manifiesto conocido como la “Junta del City”.

Agustín P. Justo, estaba esperando éste momento, en que Uriburu se debilitara y llamara a elecciones, por lo que con el apoyo de los conservadores, antipersonalistas y socialistas, que firmaron un manifiesto conocido como la “la Junta del Castelar”.

En la ciudad de Paraná estalla una conspiración encabezada por el General Pomar, esto dio motivo a Uriburu para perseguir a los Radicales, cerrando los comités, deportando dirigentes, entre ellos, al propio Alvear. La revolución se defendía, tanto Uriburu y Justo coincidían que los Radicales no debían volver al poder, por lo que se anularon las elecciones, vetando la fórmula Alvear- Guemes. Ante esto, los radicales respondieron con la política de la abstención, algunos lo consideraron un error político.

En el ring del poder hay uno solo de pie, el ganador: Justo, que con apoyo de los conservadores, socialistas y antipersonalistas, formaron una fuerza conocida como “La concordancia” y se presentaron con la fórmula para competir en las elecciones.

La fórmula Justo – Julio Argentino Roca (h) de la Concordancia compitió contra la fórmula de Lisando de La Torre – Repetto de los socialistas y demócratas progresistas. El gobierno revolucionario impulsó la fórmula de Justo- Roca que terminó triunfando.

Uriburu dejaba el gobierno, habiendo fracasado en establecer un nuevo orden, la revolución dejaba desnuda su mezquindad: solo sacó del poder al radicalismo y era lo único que podía exhibir y quizás lo único que deseaba.

Floria y Garcia Belsunce en “Historia de los Argentinos” ven el inicio del gobierno del General Justo como una restauración conservadora que se perfiló como una “reversión política”, no tenía como objeto la superación del radicalismo y de sus políticas, sino volver a los estándares del Roquismo. Estos autores señalan a Justo como el último dirigente de talla de la derecha argentina.

El gobierno de Justo se caracterizó por el fraude electoral, llamado por sus hacedores como el “fraude patriótico” , su gabinete fue conformado por la gente de La Concordancia que como dijimos pertenecían al antipersonalismo, al Partido Demócrata Nacional, del socialismo independiente como Antonio Di Tomaso, pero el hombre sobresaliente fue Carlos Saavedra Lamas, como Ministro de Relaciones Exteriores, que por su actuación (presidiendo la Conferencia de Paz del Chaco que puso fin a la guerra del Chaco 1932-1935) recibirá el premio Nobel de la Paz en 1936. Otro Ministro sobresaliente, fue alguien que vino después a su gabinete y fue Federico Pinedo, como Ministro de Hacienda, también estuvieron: Roberto Ortiz y Ramón S. Castillo, que conformarán la fórmula que sucedió al propio Justo en 1938.

Justo tenía el control del Congreso, la Cámara de Senadores, respondía a la Concordancia, salvo algunos Senadores y en la Cámara de Diputados, estaba dominaba con los diputados del partido Demócrata Nacional, los diputados del Socialismo independiente y los antipersonalistas.

La argentina estaba inserta en el mundo a través del modelo agro exportador, donde los productos de la tierra como la carne congelada y los cereales eran las exportaciones con el que país generaba riquezas. El crack del 29 y la depresión económica mundial afectará notablemente a la República, porque –por el modelo- estaba expuesta al reajuste de los mercados externos, especialmente los europeos. Los precios de los productos que la Argentina exportaba cayeron. Nada pudo hacer el sistema financiero, ni tampoco el sector público. El desempleo comenzó a aumentar. El gobierno tomó una serie de medidas que no fueron exactamente liberales, sino todo lo contrario, comenzó con una decidida intervención Estatal. El primer sector que fue intervenido por el Estado, fue el comercio exterior, que terminó con la firma del Tratado Roca Runciman. Los Neoconservadores que criticaron las intervenciones que hacían los Radicales desde el Estado, terminaron haciendo “radicalismo.

Para analizar el tratado Roca Runciman, tenemos que remontarnos a los pactos de Ottawa. La gran crisis de 1929, tuvo como consecuencia para Inglaterra la declinación de sus fundamentales industrias metalúrgicas, textiles y del carbón, el derrumbe de su capacidad de consumo y la conformación de una masa de desocupados. Inglaterra enfrentará esa crisis con recetas muy diferentes a las liberales, impondrá la intervención del Estado en la economía, ajustando el presupuesto, creando fuertes impuestos y abandonando el patrón oro. En 1931, se crea la «Comunidad Británica de Naciones” (British Commonwealth of Nations) forma federativa del antes poderoso Imperio. Los Dominios, como pasarán a llamarse las colonias y las ex colonias, reclamaban una serie de medidas. En 1932 se reúnen los delegados del “Commonwealth” en Ottawa, bajo el lema «Home  produce first, empire produce second, foreign produce lest»,  primero la producción local, después la del Imperio y últimos los extranjeros. Por los acuerdos firmados en Ottawa, el Reino Unido debía dar preferencia comercial a la compra de carne y trigo en los Dominios y no a la Argentina, hasta entonces principal proveedor. Lo que alarmó a los productores agrícolas y ganaderos argentinos que vieron amenazada la colocación de su producción. De inmediato viajaron a Londres, Julio Roca (h), vicepresidente de la Nación, Guillermo Leguizamón, Raúl Prebisch, técnico en economía y Miguel Ángel Cárcano, diputado nacional y experto en ganadería. Funcionarios y empresarios ingleses lo escucharon porque les interesaba que llegase carne argentina, más barata y de mejor calidad que la del Commonwealth y sobre todo que no se afectasen sus intereses en Argentina donde tenían invertidos de 500 a 600 millones de libras. La contraparte británica en las negociaciones estuvo encabezada por el ministro de Comercio inglés, Walter Runciman. La discusión duró tres meses y dio como resultado la “Convención accesoria del Tratado de Paz y Amistad para acrecentar y facilitar el intercambio comercial entre la República Argentina y el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda”, que comprendía un cuerpo principal, un protocolo adicional y una convención arancelaria.  Entre las cláusulas principales, el Reino Unido aseguraba a la Argentina una cuota de importación de las existencias de “chilled” no inferior a las cantidades exportadas por la Argentina  a los  británicos entre julio de 1931 y junio de 1932, y que habían ascendido a 390.000 toneladas; se previó un sistema para la recuperación paulatina de los fondos bloqueados, con lo que decidía sobre el tema de los cambios con un interés del 4 % anual según lo pactado para los saldos impagos favorables a Gran Bretaña, interés que en realidad ascendía al 14% y licencias de importación que el gobierno inglés concedía y controlaba de tal modo que un 85% de la cuota de importación quedaba en manos de los frigoríficos ingleses y norteamericanos.

No terminó allí la negociación. Se resolvió que la totalidad de libras que Inglaterra debía pagar por el “chilled”, descontados 12 millones de pesos argentinos que irían a Estados Unidos para servicios de empréstitos de allí, serían considerados “remesas corrientes» y no sujetas al control. Esto produjo la renuncia del ministro de Hacienda, Alberto Hueyo, «en disidencia con sus estipulaciones», siendo sustituido por Federico Pinedo. El pacto Roca-Runciman dejaba que los frigoríficos exportadores eligieran a los productores que les vendieran la cuota de carne y fijaran el  precio de la compra, por lo que tenían derecho a favorecer a los productores nativos que les fueran más convenientes. Por ejemplo a funcionarios del gobierno, muchos de ellos estancieros. Esto fue el origen del discurso del 1º. de septiembre de 1934 en el que Lisandro de la Torre pidió en el Senado que se investigasen los precios pagados por los frigoríficos a personajes vinculados a la política oficial. En noviembre de 1934 se nombra la comisión investigadora integrada por de la Torre, Landaburu y Serrey cuyas conclusiones resultaron contundentes. Las acusaciones de de La Torre, se dirigieron fundamentalmente en contra del ministro de Agricultura, Duhau, y de Pinedo. El 23 de julio de 1935, en un tumulto originado por la agresión física de Duhau en contra de don Lisandro, resultó muerto de un disparo Enzo Bordabehere, también senador, quien cubrió con su cuerpo a de la Torre de la agresión del guardaespaldas ministerial Valdez Cora. A ello seguirá el duelo a pistola entre Pinedo y de la Torre y y luego el suicidio de don Lisandro de la Torre.

Este tema fue objeto de polémicas estridentes, pues afectaba la capacidad de control del gobierno argentino sobre su comercio exterior. Los hermanos Julio y Rodolfo Irazusta, ganaderos de Entre Ríos perjudicados por el acuerdo, publicaron entonces un texto fundacional del Revisionismo Histórico, “La Argentina y el imperialismo británico”.  El tratado Roca-Runciman como se conoció es para el nacionalismo y para el naciente revisionismo histórico (los hermanos Irazusta) un nuevo pacto colonial, que deja a la Argentina, como la última colonia del Imperio, aunque la mayoría en el congreso aprobara el pacto.

Las críticas continuaron porque se observaba que los únicos beneficiarios eran los británicos y que el gobierno había pagado un precio muy alto por mantener el status quo comercial. También se le adjudicaba al gobierno una subordinación frente al Imperio por haber creado un Banco Central, por el ministro Pinedo, con el asesoramiento de expertos británicos, la misma crítica también se realizaba con la política respecto a los ferrocarriles.

 

El gobierno intervino en la economía de una forma más intensa; en 1934 se legisló la recaudación centralizada de los impuestos, estableció que lo que dio en llamar redistribuidos a las provincias en régimen de coparticipación. De esta manera las provincias comienzan a ser un prisionero del Estado Nacional, en vez de recaudar, tienen que pedir. Se creó la Junta Reguladora de Vinos, que se sumó a las de Granos y Carnes, y la Dirección Nacional de Parques nacionales, antecedente inmediato de la Administración de Parques Nacionales. Más tarde, por ley se crea la Corporación de Transportes de la Ciudad de Buenos Aires para resguardar las inversiones inglesas en los Ferrocarriles, por el crecimiento de las Cías. de Colectivos. El gobierno de Justo, que veía con malos ojos la intervención del Radicalismo o mejor dicho, del gobierno Radical, en la economía, hizo más de lo mismo, mucho más. Esto es realmente alejarse del liberalismo e ingresar a un Estado distinto, a un Estado interventor.

Luego de haber sido anuladas las elecciones ganadas por los Radicales en 1931, a los dos años, en 1933, muere H. Yrigoyen y una multitud como pocas veces se vio, despide sus restos. En 1934 Alvear estaba en Europa. La UCR había iniciado la política de la abstención. Se había retirado de la lucha política. Pero el radicalismo sobrevivía en las provincias, allí, el fraude estaba a la orden del día y el gobierno continuaba con su mezquino objetivo: que el Radicalismo no volviera el poder. La UCR no se rendía fácilmente, pudo ganar algunos distritos y creo en la Cámara de Diputados una alianza con socialista que llamó “el frente popular”. Desde este frente hostigaron al gobierno, junto con diversos sectores que se agruparon en FORJA (Fuerza Orientadora Radical de la Joven Argentina) donde actuaban Arturo Jaureche, Gabriel del Mazo, Homero Manzi y hasta tuvo la adhesión de Jorge Luis Borges, impulsaron una fuerte crítica por la política neo conservadora y liberal, pero como veremos no fue tan liberal como los radicales lo señalan. Se puede observar claramente que el gobierno de Justo creó el Banco Central, las Junta de Carnes y Cereales.

En 1936 retorna al país el coronel Molina, que intentó un golpe de estado contra el régimen de Justo, pero con su ascenso a General, la vocación revolucionaria fue apagada.

Ese mismo año se llevó a cabo la Conferencia Interamericana Extraordinaria donde EEUU proponía una asociación americana contra Europa, Argentina se opuso, manifestando que sus intereses estaban con las tierras al otro lado del Atlántico.

En las elecciones de 1937, los Radicales proponían la candidatura de Alvear – Mosca, parte del oficialismo a Gallo y Roca (h), en cambio la Concordancia propuso la fórmula Ortiz – Castillo. Las elecciones se llevaron adelante con fraude y fue consagrada la fórmula de la Concordancia.

La fórmula de la Concordancia en 1938: Ortiz – Castillo, era una fórmula para unas elecciones teñidas por el fraude electoral. Justo deseaba dejarle la presidencia a un sucesor lo bastante dócil que no le dificulte su vuelta y el vicepresidente Ramón S. Castillo fue elegido por el apoyo que tuvo del salteño Robustiano Patrón Costas, que le prometió su voluntad para darle un lugar en las próximas elecciones.

No quedaban dudas que las grandes figuras de la época eran por un lado Justo y por el otro Alvear, ambos eran los líderes de las dos facciones que disputaban el poder. En 1942 sucede lo que nadie esperaba, mueren Ortiz, Alvear y a los meses en 1943 Justo. Todo cambia. Sube a la escena política el Vicepresidente Castillo, ahora como Presidente y su sucesor Patrón Costas, en un momento muy difícil: la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial en 1939.

La neutralidad era una tradición Argentina en las relaciones internacionales, ahora sostenida por el sector nacionalista, también por el Ejército con tradición Prusiana y el brazo armado que mantuvo el fraude electoral de la década del 30. Para la Iglesia era también conveniente, la neutralidad por la España Franquista. El presidente Castillo en 1943 había señalado como su sucesor y como candidato a Presidente en las próximas elecciones por la Concordancia al senador Salteño Patrón Costas y éste, en distintas tribunas, expresó su idea de abandonar la política de la neutralidad cuando sea Presidente. El abandono de la neutralidad y el apoyo a los aliados, daría a la Argentina el favor de EEUU, que la cuestionaba en los foros internacionales.

Cuando esa idea tomó estado público, Patrón Costas se ganó el desprecio los nacionalistas y los militares pro Eje y nace la logia militar conocida como el G.O.U (Grupo de Oficiales Unidos) de la mano de Montes, de la Vega, Ramírez, Perón (algunos ya habían participado en la revolución del 30) y dos factores llevaron a su creación, dos factores íntimamente unidos, el primero la candidatura de Patrón Costas y la segunda, la posibilidad del abandono de la neutralidad por el apoyo a los Aliados, especialmente a EEUU. La Logia se impuso como objetivo que Patrón Costas no llegara al poder comenzando una actividad de conspiración. Los radicales por su lado conspiraban con la figura del General Rawson, al quién se usó solamente para que la revolución tuviera consenso.

El golpe militar se produce el 3 de junio de 1943 que termina con el gobierno de Castillo y por supuesto con la candidatura de Patrón Costas, poniendo en la Presidencia al General Rawson por dos días, fueron los mismos miembros del G.O.U., que al discutir el gabinete , le pusieron fecha de egreso a Rawson, eligiendo al General Pedro Ramírez como el nuevo Presidente de Argentina. El general Farrell, asume como Ministro de Guerra, poniendo en la secretaría de ese ministerio al Coronel Juan Domingo Perón. Una nueva era se aproxima.

Antes de dar por finalizado el presente artículo, me gustaría exponer algunas reflexiones que surgen del libro de Pablo Gerchunoff y Roy Hora, en “La moneda en el aire”, de la editorial SXXI, Bs. As., 2021. En esta obra, los autores dialogan sobre las circunstancias de la Argentina a principios del siglo XX.

En primer lugar, exponen la gravitación de H. Yrigoyen como un político notable, que ganaba elecciones, sin que el partido Radical sea una máquina electoral todavía y esto gracias a su política como la Ley de Retenciones Móviles, la ley de alquileres para Buenos Aires. Yrigoyen derrotó al programa socialista, a su izquierda quedaba poco, es por eso que en las elecciones de 1922 había que ganar el electorado que votaba a la derecha y propuso un candidato de la alta burguesía como Alvear, que estaba en Europa y que no que venir para hacer campaña, la hizo Yrigoyen. Y pese a la diferencias de estilos entre Yrigoyen y Alvear y la división del partido radical, hubo continuidad entre sus políticas, por ejemplo en 1923, en el gobierno de Alvear, la ley de Aforos fue más fiscalista que proteccionista, durante este mandato la expansión agrícola fue un éxito y se da un caso que en la Argentina no se da: un movimiento popular no proteccionista. Con el radicalismo, la Argentina, tiene un gran crecimiento debido a sus exportaciones agrícolas y ganadera, aumentando los salarios reales de los obreros. Hasta 1914 se da un patrón de crecimiento basado en la ocupación y producción de tierras y las inversiones en infraestructura. Cuando la primera guerra terminó, se puede ver que la nueva tecnología como el tractor, la cosechadora de arrastre, aumentaron el rendimiento por hectárea y la producción. El proceso de capitalización agropecuaria financió la incipiente producción industrial, que generó más empleo, con el incremento de salarios reales. Cuando los precios de los alimentos cayeron (por el proceso llevado a cabo por EEUU e Inglaterra) en la Argentina, el salario estuvo estable, es decir, este proceso aumentó la capacidad de compra del salario real. En el sector externo: la Argentina radical tenía la caída de los precios de sus productos, pero su producción aumentaba y se compensaba. Se trataba de un modelo de una economía abierta, no proteccionista, con amplio apoyo popular, por los salarios reales que presentaba a los obreros.

En segundo lugar estos autores ponen en crisis supuestas verdades de la historia economía argentina. La verdad que colocan en crisis en la que surge del libro de Guido Di Tella y de Manuel Zymelman, “El desarrollo económico argentino”, que establece que en la década del 20 hubo un estancamiento y había que dejar atrás el modelo agrícola y avanzar por el industrial, los Radicales no lo vieron y demoraron el proceso. Según ellos, esta premisa no es cierta no es cierto, ya que la década del 20 hubo expansión agrícola, había una incipiente industria y cerrar la economía no hubiera sido una medida bien recibida, ya que la apertura de la economía mantenía los salarios, no había necesidad de cambiar.

En tercer lugar, Díaz Alejandro en su obra “Ensayos sobre la economía Argentina” dice que hasta el 30 nada no se veían grandes problemas en economía, cuando surge el crack del 29 y la depresión económica, la Argentina tenía que diversificar el padrón productivo y buscar nuevos mercados. La mayoría cree eso. Pero esta premisa dicha por Díaz, para los autores, no es tan lineal. La argentina agro exportadora venía agotando su modelo y cuando se hizo presente la crisis del 30, se presentaron varios problemas. Argentina tenía el patrón Oro, en la crisis Yrigoyen cerró provisoriamente la Caja de Conversión, eso también lo hizo Uriburu, en cambio EEUU e Inglaterra depreciaron simplemente la moneda y Argentina instaló un control de cambios. hasta que se decidió a crear un BANCO CENTRAL y abandonó el patrón oro, eso sucedió en 1933 con las políticas de Pinedo y Presbich en 1933. A partir de 1934, la Argentina no dependía del patrón oro y tenía más autonomía, pero presentaba muchos factores negativos para desarrollar la industria: poca energía y cara, trabajo caro, casi nada de hierro y carbón, un mercado interno pequeño. Solo un mercado externo podría darle potencialidad, asi lo pensaban desde el gobierno, Luis Duhau. La crisis del comercio internacional y la escases de divisas, no permitió el crecimiento a mercados externos de la industria. Se giró hacia el proteccionismo y el crecimiento industrial, que era lento, solamente abasteció el mercado interno. Distinto hubiera sido el destino de la Argentina, si esa industria hubiera podido crecer por un mercado externo.

En cuarto lugar, los autores del 30 establecen que la crisis produjo un estancamiento, no un deterioro. El modelo agrícola estaba agotado, el modelo industrial dedicado al mercado interno crecía muy lentamente y tenía un techo muy bajo. Es por eso que la década del 30 surge a los contemporáneos como una época de disconformidad y pesimismo. Se a esto se le suma el fraude, que separa a la dirigencia de los sectores populares. Se entiende como después de una década, el Peronismo fue tan exitoso en impugnar el orden público liberal. La expansión manofacturera tuvo lugar durante Segunda Guerra (1939-45), esto ayudó a mantener la actividad y el empleo pero continuó con su baja productividad y diversificación que fue el talón de Aquiles de la industria en la Argentina.

Como síntesis podemos decir que Gerchunoff y Hora nos indican que el Radicalismo sostuvo un modelo de economía abierta con inclusión social, producto de la expansión agrícola (por la tecnología) por los altos salarios reales. Y la crisis del 30, impuso un proteccionismo, con un modelo industrial incipiente que se enfocó solamente en el mercado interno, lo que no permitió su crecimiento. Por lo tanto, la restauración conservadora, a excepción del grupo de Uriburu, terminó haciendo lo que supuestamente trataba de evitar, que era la intervención del Estado en la economía.